Esperando a Henry

Quizás soy excesivamente optimista, pero sigo confiando en que Thierry Henry no ha aportado aún sus últimas tardes de gloria en el Camp Nou. El jugador francés, aunque veterano, posee unas cualidades y una técnica al alcance de muy pocos y las circunstancias pueden favorecer que aporte aún cosas en el Barça.

Una de las mayores decepciones de la etapa Laporta fue el frustrado fichaje de Henry en junio de 2006. Todos dábamos por segura su llegada al equipo que entonces entrenaba Frank Rijkaard, pero Henry decidió continuar en el Arsenal tras la disputa de la final de la Champions League en París. Por desgracia para los culés, que le esperaban con los brazos abiertos, Arsene Wenger le convenció de que era en Londres donde debía seguir deleitando a los aficionados. Tan solo un año después el sueño de cumplió y Henry visitió de azulgrana, aunque a la mayoría (pese a haber pasado solo doce meses) nos pareció que era demasiado tarde. La primera temporada no hizo más que confirmar los peores augurios, puesto que un equipo roto no permitió que el crack francés brillara.

Pese a todo ello, y aunque dejó claro que no quería en el equipo a Ronaldinho, Deco y Eto'o, Pep Guardiola confió en Henry cuando se hizo cargo del equipo en julio de 2008. Pocos confiaban en que fuera decisivo, pero Pep tuvo fe ciega en él. Un inicio irregular hacía pensar en la primera de las equivocaciones del novato de los banquillos, pero Thierry se empeñó en volver por sus fueros y, con la motivación de completar una temporada redonda, ofreció una imagen cercana a la mejor del Arsenal (salvando las distancias). Marcó muchos goles en Liga (19) y Liga de Campeones (5), donde resultó especialmente importante al marcar tres tantos en octavos y dos en cuartos de final. Por si fuera poco, fue el mejor jugador en el histórico 2-6 del Santiago Bernabéu al anotar los dos tantos más importantes (el 1-1 y el 2-4) cuando el Real Madrid daba muestras de vida.

Es posible que fuera entonces, cuando Henry se quedó sin motivaciones (su palmarés se completó, solo le faltaba el Mundial de Clubes) y su edad así lo aconsejaba, el mejor momento para pactar una salida, pero no fue así por motivos que no importan mucho. Pep Guardiola aseguró en todo momento que contaba con su confianza y Thierry dijo que podía seguir sumando. Han pasado seis meses y la aportación es casi nula; dos goles en Liga, solo uno de ellos decisivo (en Xerez).

La crisis en el juego de Henry es tan preocupante que Pedro ha acabado por ganarle el puesto. No parece que se pueda esperar más de un jugador con 33 años, castigado por las lesiones en sus rodillas y al que un canario que no destaca en nada pero tocado por una varita mágica ha sentado en el banquillo. No lo veo así; Pep le ha dado muchos minutos y se los seguirá dando. Su rendimiento no está siendo tan malo como las estadísticas dicen, pero una extraña maldición parece que le priva de marcar. Ha estrellado varios disparos en la madera y los porteros realizan nuemorsas intervenciones de mérito ante sus disparos. En el último mes su juego se ha consolidado y completó una buena actuación especialmente en los dos últimos partidos ante el Sevilla.

¿Por qué puede ser importante aún para el equipo? Llega un Mundial y Henry querrá estar a tope, una circunstancia de la que se puede aprovechar el Barça. Los dos últimos meses de competición del delantero francés deben ser buenos si quiere contar con opciones de ser útil para su selección en Sudáfrica. Por una vez las selecciones le pueden hacer un favor a un equipo y recuperar una buena versión del genial Henry. ¿Que soy muy optimista? También los pesimistas se equivocan.

Barcelonismo en sangre