Contra las dudas, Messi

Como bien expresaba el lunes el compañero jordiasturies, la derrota ante el Hércules podría generar ciertas dudas y nerviosismo en el denominado 'entorno' del Barça. Dudas completamente irracionales y que responden, sin lugar a dudas, a los extremismos que se han generado a raiz de la radicalización absoluta y deleznable de los medios de comunicación en el último lustro. La sociedad española, tan fácilmente voluble, se deja llevar por la forma de actuar de patéticos forofos como Roncero y Carazo y se muestra incapaz de analizar con un mínimo rigor un aspecto aislado dentro de un conglomerado de situaciones y circunstancias.

Decíamos, pues, que la derrota, merecida, ante el equipo del 'Boquerón' Esteban había planteado nerviosismo. De repente, parecía que por arte de magia, todos los equipos sabrían cómo jugarle al Barça, así que sus opciones de lograr títulos se difuminaban. Pep Guardiola, de repente, parecía para algunos un técnuico incapaz de leer los partidos y de dar un golpe de timón. Y los jugadores, un grupo de señoritos acomodados. Sé que este pensamiento no es, ni mucho menos, el mayoritario. Pero no saben ustedes lo duro que es ser culé fuera de Catalunya, de verdad. Desayunas, comes y cenas viendo cómo intentan convencerte del 'miedo', del complejo de inferioridad que tienes. En ocasiones, llegas a pensar que es real. Y lo peor es que ellos no lo hacen como medida de presión; están convencidos de que es así.


Para incrementar esta situación, el tanto de Govou encendía aún más las supuestas alarmas. Conozco casos de gente que ya se había lanzado a su tienda de confianza para vacilar al frutero por lo que, creían, iba a ser la segunda derrota consecutiva culé y, casi inmediatamente, el incio del famoso 'fin de ciclo'.


Ayer hubo dos diferencias con el partido del sábado, sin atender a la alineación, puesto que los once jugadores que saltaron al césped ante el Hércules tienen que ganar ese partido 98 de 100 veces. Hubo, por un lado, más rapidez en la circulación de la pelota. Y, también, más acierto. De la misma manera que el sábado Bojan no logró embocar, ayer Messi sí lo hizo tras una sensacional asistencia de Xavi y en solo dos minutos, el Barça había acabado de un plumazo con todos los fantasmas que sobrevolaban el cielo de Barcelona.


Ayer, por resumirlo de alguna manera, Messi estuvo en su nivel medio. Y el sábado, por debajo. Ni el sábado todo era un desastre ni ahora vamos a ganar el Triplete. Estamos solo a 15 de septiembre y con media plantilla de pretemporada. Lo del sábado fue un accidente, salvo que ese accidente comience a repetirse con asiduidad. Entonces sería un mal síntoma. Queda mucho, muchísimo, trabajo por delante. De momento, y contra las dudas, está bien disponer de un jugador como Messi, que con solo 23 años ya es el máximo goleador en Champions del Barça. Casi nada.

Gamón1984-Barcelonismo en sangre
Foto: AFP/marca.com