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El gesto de Thiago

Estas largas semanas sin partidos de clubes permiten analizar con detenimiento asuntos que, metidos en harina competitiva, pasan a un discreto segundo plano. O incluso, pasan totalmente desapercibidos. Uno de ellos que pretendo rescatar es la celebración de Thiago tras su gol hace once días ante el Racing.

Thiago Alcántara será, si el fútbol tiene algo de genético, un auténtico ganador. Tiene la ventaja de ser el hijo de Mazinho, un grandísimo jugador brasileño ganador de un Mundial y que vino a España en busca de fortuna, pasando por Valencia y Celta de Vigo. Una lesión le apartó del deporte activo, pero nadie duda en Vigo de que fue un referente en el mejor Celta de la historia. Porque además Mazinho era un currante, un perfeccionista y un tío con la cabeza bien amueblada.


Ser hijo de Mazinho puede haberle abierto muchas puertas a Thiago, pero llegado a la élite, depende de sí mismo mantenerse entre los grandes. Cualidades le sobran. Y, en especial, tiene una que le pueden convertir en un jugador muy valioso para el Barça, el compañerismo.


La historia del fútbol está repleta de jugadores que, por egoismo, están enfrentados con aquellos que les hacen sombra. También de quienes se enemistan con los que les pueden robar el puesto. Una muestra quizás de ambición y de competitividad, pero mal entendida.


No parece, toquemos madera, que sea el caso de Thiago. Hace dos fines de semana, en partido de Liga ante el Racing de Santander, Thiago disputó sus primeros minutos en Liga tras haber disfrutado de un partido en Copa del Rey. Por azar del destino, cuando corría el minuto 84 Messi, que había recibido del propio Thiago, dribló en el interior del área y levantó la cabeza, buscando un compañero al que centrar. En el corazón del área esperaba el hispano-brasileño, al que Leo pasó el balón. Thiago, en un gran gesto táctico, pisó la pelota de manera que la encaró hacia la portería para después chutar con su pierna derecha. Tuvo la fortuna de que el disparo tocó en un defensor y acabó en el fondo de las mallas de Coltorti, aderezando su debut con la guinda perfecta, un gol.


La euforia era lógica. Thiago se abrazó a sus compañeros y, antes de incorporarse a su terreno de juego, tuvo tiempo para acercarse al banquillo y saludar a Jonathan dos Santos. Un compañero del filial que alterna entrenamientos del primer equipo como él, pero no uno cualquiera; un rival por un puesto.


El saludo de Thiago hubiera sido menos importante si el destinatario fuera Fontás o Muniesa, pero era Jonathan. Un jugador egoista podría ver en Jonathan a un rival, un enemigo más que un compañero. Al fin y al cabo, con Xavi, Iniesta y quien sabe si Cesc en el Barça no hay espacio para muchos más jugadores de centro del campo. En definitiva, que puede que a corto plazo no haya sitio para los dos en la plantilla de Pep Guardiola. Thiago podría haber reaccionado distanciándose de Jonathan, pero se acercó y estrechó su mano porque "es un compañero que viene de abajo como yo y que se lo curra" para mejorar.


En definitiva, que Thiago no ve en Jonathan a un adversario, sino a un compañero, alguien a quien ayudar para que él haga lo mismo. Resumiendo, la mentalidad que tanto intenta Guardiola trasladar a la plantilla; que con el de al lado son buenísimos, pero solos no van a ningún lado.


Más que el buen debut de Thiago me hizo albergar esperanzas su actitud en la alegría. Un presagio espectacular.

Gamón1984 - Barcelonismo en sangre

5 Comentarios:

Sílvia dijo...

Hola!
Tiene un gran futuro por delante. A ver si el club le renueva lo más rápido posible.
saludos
Sílvia

Anónimo dijo...

tecnicamente se considera el segundo mayor despues messi hay que dar le minutos para que coge confianza y experiencia pero poco a poco sin cargarle muchila de responsabilidad porque eso va contra ellos
la sensacion que da y si sigue trabajando duro con un buen acesoramiento de guardiola va camino a un crak

Anónimo dijo...

Un muy buen futbolista que si tiene la cabeza bien amueblada llegará lejos en este deporte y esperemos que sea en el Barça.

El gesto con Dos Santos es de buen compañero y ojala sea así en lo que le resta de carrera. Lo que no entiendo muy bien fue el toque de atención de Guardiola por eso.

A ver si tenemos la suerte de que se quede en Can Barça y verle jugar pronto en el primer equipo. Calidad tiene a raudales solo le falata la madurez futbolística que se adquiere jugando minutos en el Barça.

David dijo...

No entiendo la reacción de Guardiola, me parece que su comportamiento fue correcto. Sobre el jugador decir que será grande, muy grande.

saludos

Alba dijo...

Bueno, este gesto de Thiago le valió (por lo que se) una reprimenda en privado de Guardiola. Al técnico de Santpedor le gustó nada que personalizará su celebración con un compañero por mucho rival de posición y compañero en el filial, aunque si es verdad que puede tener distintas lecturas. En fin, esperemos que siga con los pies en el suelo y aprenda de los errores y los reproches de Guardiola.
Saludos

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