Lo que ha crecido el chaval...

Podemos ponernos nuestro disfraz de padres orgullosos, observar a Victor Valdés y pensar cómo ha crecido el chaval, cómo ha cambiado y cómo ha madurado. Aquel chavalete que recién salido de la adolescencia se encontró con la papeleta de ocupar la portería del Barça y mostraba airadas maneras chulescas y desafiantes es ya un joven profesional centrado, paciente y mesurado. Le hemos visto crecer, hemos babeado con sus buenas ocurrencias, hemos aguantado sus rabietas, nos ha decepcionado en más de una ocasión y le hemos echado la correspondiente bronca... para hoy acabar satisfechos de su calidad, trabajo y compromiso.

Y mira que lo tuvo difícil, por las circunstancias en las que llegó, por el entorno contra el que tuvo que luchar y por las piedras que él mismo se puso en el camino. Cogió una portería huérfana de referencias desde la marcha de Zubizarreta, nada menos, y que había pasado por una serie de "interinidades" que pocas satisfacciones dieron: Busquets, Baia, Rustu, Reina, Jorquera, Hesp... porteros de todo corte, con buenas hechuras y torpes, perlas de la cantera y cracks del exterior, ilustres desconocidos y famosos ignorados... Todos ellos ocuparon el puesto con mayor o menor fortuna y calidad, pero no terminaron de cuajar.

No, esa situación le tocó a un joven de L'Hospitalet, que tuvo que luchar contra una afición ansiosa de que el puesto bajo los palos acabara siendo seguro; contra la sombra de la eterna rivalidad con el Madrid, que había encontrado una joya en su cantera (¡la última!) llamada Iker Casillas que, reconozcámoslo, provocaba mal disimuladas envidias entre la afición culé, que deseaba encontrar algo parecido; contra su inexperiencia, que le hizo tener más de un fallo que muy pocos perdonaron; finalmente, contra su propio carácter, que le llevó a algún desplante innecesario y le hizo presentar una imagen chulesca que poco favor le hizo...

Pero han pasado los años y los defectos, los problemas, se han ido puliendo e incluso han ido desapareciendo. A base de trabajo honesto ha dado continuidad al puesto de guardameta culé, y la afición lo ha terminado por asumir; sus buenas actuaciones en momentos claves y los pocos goles recibidos le han permitido salir de la sombra de Casillas, que ya no es una referencia, sino un rival... el mejor rival que pudiera tener; ha ido mejorando sus prestaciones técnicas, y los fallos, sus famosas "cantadas", se van espaciando cada vez más; para terminar, ha ido refinando su carácter, y su chulería se ha convertido en confianza, y ha alcanzado una madurez envidiable, en lo personal y en lo profesional.

Por todo eso me alegro de ver, a través de sus declaraciones en el programa Hat Trick Barça que hoy recoge la prensa, que Valdés está satisfecho de sí mismo, consciente de su papel en el equipo, y tranquilo con respecto al futuro. La única sombra reside en su no presencia en las convocatorias para la selección. No voy a discutir aquí las preferencias de Vicente del Bosque, ni plantear un debate sobre si es mejor mantener graníticamente el grupo triunfador de la Eurocopa o aderezarlo con los jugadores en mejor forma... si es mejor que estén Valdés y Palop, o César, al alza, que Reina y López, a la baja...

No, lo que me preocupa aquí es cómo podría afectar esta situación a Victor, si la decepción podría influir en su comportamiento dentro de su equipo... y todo parece indicar, por suerte, que nuestro portero está vacunado al respecto. No cabe duda de que debe echar de menos el premio que supondría su convocatoria, pero en sus declaraciones deja claro que tiene la cabeza bien amueblada y que sabe donde están sus prioridades. Es posible que la procesión vaya por dentro, pero no va a dejar que ello le inquiete. Tiene paciencia, y sabe que si sigue con su buen trabajo, ese momento acabará por llegar.

Es una muestra más de la madurez que ha alcanzado. Y que conste que no quiero entrar en disquisiciones sobre si es el mejor portero del mundo o no y cosas así. Nos ha salvado demasiadas veces a base de esfuerzo, dedicación y calidad, y no quiero ni endiosarle ni quitarle ningún mérito. Es necesario que siga trabajando como lo está haciendo. Eso le permitirá seguir siendo el mejor portero para el Barça. A día de hoy, el mejor portero para el mejor equipo del mundo. Con eso nos debería bastar. A todos nosotros, y a él.

Adeu i bona sort.
Tant se val d´on venim