Obligado a jugar

Comentaba precisamente ayer la compañera Alba en este mismo blog lo que han cambiado las pretemporadas de los equipos. Ahora prima lo comercial, puesto que es la mejor época del año (sin competición oficial) para poder viajar por el mundo y sacar unos duros, aunque sea a costa de una preparación física adecuada. Yo mismo comentaba que no me hacía gracia, pero que, en el fondo, como todos los grandes de Europa andan en las mismas lides, la falta de entrenamientos acabará pasando factura a todos por igual.

Lo que ya no es tan normal ni de recibo es circunstancias como la que se va a vivir en el choque de este mediodía. Aunque Pep Guardiola no estaba por la labor de hacer jugar a Messi, que regresó el domingo de las vacaciones, el contrato firmado con los organizadores del encuentro obliga a que el astro argentino dispute al menos 30 minutos. Un sinsentido, una espiral peligrosa en la que los propios clubes se han dejado meter.

En Asia, como también posiblemente en América del Norte, no existe aún una cultura futbolística arraigada, por lo que la presencia de los equipos europeos no es tanto llamativa por los propios clubes como por sus estrellas. En cualquier ciudad española (pasó la temporada pasada con León) la llegada del Barça genera gran ilusión, se multiplica la venta de entradas y se cuelgan los carteles de 'No hay billetes'. Los equipos modestos consiguen, en muchos casos, salvar económicamente el año porque llega 'el Barça' (o el Madrid, o el Atlético), aunque se sabe que lo hará con los suplentes. Lo que importa es el club, su historia, su tradición.

En Asia, sin embargo, la gente no quiere ver al Barça, sino a Messi e Ibrahimovic, que son las estrellas mundiales. Esto hace que, cuando se firman los contratos publicitarios, se incluyan clausulas que obligan a la participación de las estrellas. El Barça, de esta manera, se ha metido entre pecho y espalda un viaje hasta Seúl para que, si buscando el beneficio del grupo, Pep Guardiola decide dejar en la grada a Leo, no se perciba ni un solo euro.

Esta dinámica, repito, es muy peligrosa. Messi va a jugar después de casi un mes de vacaciones, dos entrenamientos, y más de diez horas de vuelo treinta minutos por exigencias comerciales. En resumen, que por cubrir menos del 1% del presupuesto anual de la institución, se va a poner en peligro la temporada deportiva.

Algún día pasará habrá alguna desgracia en forma de lesión, ya sea para un culé o un jugador de otro club y será entonces cuandos nos replanteemos las cosas.

Mientras tanto, solo queda rezar...

Gamón1984-Barcelonismo en sangre

Foto: fcbarcelona.cat