El síntoma de un problema

Visto el partido de ayer, va a crearse un debate sobre la cada vez mayor dependencia de Messi que el Barça tiene y disfruta. Por un lado estamos los culés, orgullosos y felices por tener un jugador de este calibre en nuestro equipo. Por otro, habrá un grupo de gente, rivales y, mucho me temo, también aficionados blaugranas, que pondrán el dedo en la llaga de que sólo el argentino esta mostrando un nivel campeón en las últimas jornadas.

Habiendo reflexionado un poquito, porque debo reconocer que ayer, dentro de mi euforia por el espectáculo dado por Leo, había un pequeño rincón para la preocupación... descubro que lo preocupante no es depender de Messi. Como dije la semana pasada en esta misma página, no hay nada malo, más bien todo lo contrario, en disponer de un crack que te solvente las dificultades, los partidos difíciles.

Lo preocupante es que cuando llevas varios partidos en los que tu figura te ha salvado, la dependencia de Messi no es un problema... pero sí el síntoma de un problema. El equipo no carbura, no funciona. Y lo que es peor, el juego generado por el crack te soluciona el resultado, pero no contribuye a mejorar al equipo, con lo que si se te lesiona, o tiene un mal día, o el rival acierta a anularlo, te quedas en nada.

Visto lo de ayer, no me preocupa, faltaría más, que Messi ofrezca espectáculo y goles. Lo que me preocupa es que sus compañeros no estuvieron a la altura, y el sólo tuvo que solucionar la papeleta. Menos preocupado andaría yo si la eclosión de Messi hubiera despertado a Ibrahimovic, hubiera hecho que la media controlara mejor el partido... Pero la cuestión es que el Barça siguió jugando igual de mal, yendo por un lado, mientras que Leo remaba, por suerte para nosotros, en dirección opuesta. La buena dirección. Pero ver como el juego generado por el argentino era desaprovechado por sus compañeros, en especial por un deprimido Ibra...

Urge recuperar el juego de equipo, la fluidez y la creación, o nos pasaremos el resto de temporada poniendo velas a los santos de rigor para que Messi no se nos lesione, o para que el rival no encuentre un antídoto a su juego. Y eso es muy malo. Porque un juego que se base en la inspiración de la figura de turno acaba siendo fácil de anular, al no haber alternativas.

Por lo tanto, bienvenido sea Messi, benditos sus goles y su juego, bendita dependencia... pero hay que restañar la herida que supone el no tener una alternativa, y no limitarse a poner la tirita argentina...

Adeu i bona sort.
Tant se val d´on venim