Sangre, sudor y lágrimas

Como era de prever, aunque a ningun culé le gustaba esa posibilidad, ya tenemos al Madrid metido otra vez en harina liguera, y el efecto psicológico de su derrota ante el Barça en el Bernabeu parece superado. Con todo ello, se mantiene lo que conseguimos hace una semana al ganarles, el estar por delante. Y también se mantiene el hecho irrefutable de que un pinchazo merengue les aleja más del triunfo y nos acerca más a nosotros.

Pero esta jornada ha supuesto un gran aldabonazo, tanto para aquellos culés eufóricos que se veían "campeonando" como para aquellos merengues agoreros que ya estaban preparando la guillotina para ponerla en el centro de Chamartín. La Liga no estaba decidida, ni mucho menos, y ahora está en plena ebullición. Para colmo de males, el Barça se encuentra ahora con un largo desplazamiento a Milán que puede provocar un cansancio no esperado.

Aún así, ni esta circunstancia, ni arbitrajes sospechosos como el de Cornellá, ni circunstancias como lesiones puntuales, pueden ser excusa. Cuando eres un grande, tienes que demostrarlo. El Barça lo hizo el año pasado, y este año tendrá que hacerlo también. Nadie le va a regalar nada, así que la famosa frase de Churchill viene al pelo. Seguimos siendo los favoritos para ganar todo lo que queda por ganar, pero va a costar sangre, sudor y lágrimas. Se ve venir un final de temporada sufrido, y, ojalá, porque ello indicaría que la final de Champions también nos estaría esperando, peleado hasta el final.

Esta temporada, que con tantas dudas empezó y transcurrió hasta incluso hace pocas semanas, se ha convertido en otro sueño maravilloso, al que sólo le queda el deseado final feliz. Así que toca apretar los puños, apoyar al equipo y confiar en él. Los eufóricos y los agoreros mejor harían en callarse, por lo menos hasta que todo esté resuelto. Entonces llegará el momento del espasmo de alegría o de la crítica.

Mientras tanto... esperemos.

Adeu i bona sort.
Tant se val d´on venim