La importancia de las secciones

Hace pocas semanas destacaba la presencia de la "marca" Barça en las finales, o similar, europeas de cuatro de los deportes de equipo principales: fútbol, baloncesto, balonmano y hockey. Ello hace, decía, que el Barça se convierta en la institución deportiva más potente de Europa, por no decir del mundo. Al final, nos quedamos a las puertas en el deporte "madre", el fútbol, y con la miel en los labios en balonmano, habiendo triunfado en baloncesto y hockey. El balance es agridulce pero positivo.

Para no repetirme, me van a permitir que me haga abogado del diablo y que, a pesar de todo, plantee la necesidad o no de las secciones deportivas profesionales. Ya he oido decir a no pocos culés que eso de las secciones está muy bien... pero sólo si se gana. Cuando llegan las derrotas, los fracasos, se convierten en una rémora, un lastre económico e incluso social. Eso afirman. Para mantenerlas competitivas, exigen una inversión que, aunque comparada con la del fútbol sea pequeña, proporcionalmente puede llegar a ser desorbitada. Al menos en baloncesto y balonmano; en hockey debo reconocer mi casi absoluta ignorancia, al igual que en la otra sección profesional del club, la de fútbol sala.

Una vista a las plantillas triunfantes o casi triunfantes de las que han dispuesto los dos Xavier Pascual (toma ya casualidad en el nombre de los dos entrenadores), muestra una presencia alta de jugadores de primera línea en los dos deporte, la inmensa mayoría fichados a base de talonario por las canchas de España y del resto del mundo y mantenidos a base de sueldos acordes a su prestigio y calidad. Pocos jugadores provenientes de una cantera, como en el fútbol. De hecho, según la web del Barça solo hay trabajo de base en baloncesto y en hockey.

En definitiva, para cierta parte de la afición cabe preguntarse la viabilidad económica de estas secciones, a las que cabría añadir otras secciones deportivas de menor impacto social o directamente amateurs, como las de atletismo, voleibol, patinaje, hockey hierba, rugby, ciclismo... De hecho, la intención-promesa de Laporta de crear una sección profesional potente en este último deporte se quedó en agua de borrajas cuando se cerró definitivamente en el 2007, por los condicionantes económicos y quizás el progresivo deterioro de la imagen de este deporte. Para mi tristeza, porque como aficionado, la perspectiva de ver a un ciclista corriendo el Tour con un maillot del Barça era muy seductora... pero estoy divagando.

Dejo de ser ahora abogado del diablo y me defino. Las secciones son parte intrínseca del Barça. Es posible que en algún caso puedan ser una ligera, o gran, sangría económica, pero van propagando, y con mucho prestigio, la imagen, la "marca" del club. Nos hace especiales. Nos hace diferentes. Para alguien que sea aficionado del Barça y no destaque en la alma mater del fútbol, pero sí en otro deporte, la posibilidad de vestir una camiseta blaugrana, LA camiseta blaugrana, es un orgullo y un privilegio. Y para los aficionados de a pie, los que vibramos con los triunfos y nos amargamos con las derrotas, ver dicha camiseta en la élite de otros deportes nos da un sentimiento especial, rayando también en el orgullo.

No nos importa que en dichas secciones los imperativos económicos hayan llevado a poner al nombre "Barça" un apellido. "Regal", "Borges"... O si nos importa, lo aceptamos resignados. Porque para nosotros esos equipos son el Barça. Sin más. Es lo que cuenta. Nos hace volver a esa sensación de pertenecer a algo más grande que un mero equipo de fútbol. El mes que un club que mencionaba en el post aludido al principio.

Por eso disfruto como un enano con el equipo de baloncesto, o ayer me llevé un disgusto con el de balonmano. Y me alegro infinito, a pesar de no haberlo visto, a pesar de no estar entre mis deportes favoritos, con el triunfo en hockey. Porque todos ellos son también Barça.

Adeu i bona sort.

Jordiasturies, Tant se val d'on venim.