Villaimovich

Los defensores del por suerte todavía exjugador del Barça Ibrahimovich siempre alegaron en los momentos de sequía goleadora del sueco (que fueron los más del año) que lo importante no eran tanto los goles que marcaba o más bien no marcaba, sino que su tipo de juego creaba combinaciones, pases y espacios. El resto de los culés, con la esperanza de ver triunfar al sucesor de Eto'o en quien tantas esperanzas habíamos puesto, nos agárrabamos a tal idea, a pesar de que la progresiva abulia del jugador en el terreno de juego nos quitaba razones...

Ahora, tras el fiasco Zlatan, nos ha llegado otro delantero centro, Villa. Y, como el sueco, hasta hace como quien dice dos días atravesó una preocupante sequía goleadora, de esas que sufren los atacantes a menudo, una sequía que provocó dudas entre los aficionados blaugranas y el choteo del entorno mediático del eterno rival, por no hablar de las boutades de su entrenador... Y sin embargo, hasta ahora no debería haber motivo de preocupación.

Porque es verdad que hasta el partido con el Sevilla el delantero asturiano pudo verse agobiado por su falta de puntería o su mala suerte, pero nunca se le vio abúlico. Y, desde luego, sus movimientos en el área contraria o sus aledaños sí que dieron combinaciones y pases, sí crearon espacios de los que se benefició, sobre todo, su aliado Messi.

Ayer ante el Getafe pasó tres cuartos de lo mismo, con la diferencia de que la sequía anotadora parece haber llegado a su fin. Pero si me permiten la audacia, para mí lo más importante no fue el gol anotado por Villa. Lo mejor del partido del de Tuilla fue que volvió a ofrecer juego a sus compañeros, a pasarles el balón, a regalarles huecos por los que podían entrar... y eso abre infinitas posibilidades al juego del Barça.

David parece irse entonando, cada vez más cómodo en su puesto y función en el equipo, y, una vez desechada la idea del agobio por no marcar, su presencia generosa en la delantera plantea muchas opciones sobre la aportación a la misma. Lo que no pudo, o no quiso, hacer el sueco de triste recuerdo...

Adeu i bona sort.

Jordiasturies, Tant se val d'on venim.

Foto originalmente en El País.