Iniesta 'in extremis'

Que Iniesta es un crack lo sabíamos hace años. Los culés hemos tenido la suerte de disfrutarlo, de verlo crecer, madurar y convertirse en un auténtico referente en el equipo y en la selección. Ahora que se ha convertido en el 'héroe nacional', vale la pena realizar una valoración más a fondo del jugador de Fuentealbilla.

En la mañana del martes me venían a la cabeza muchas discusiones vía foro y blog acerca del espíritu más o menos ganador, más o menos competitivo, de Andrés. En muchas cosas me equivoco, más bien en la mayoría, pero he de decir con orgullo que en este punto estaba yo en lo cierto, por fortuna para todos.

Tras las dos horribles temporadas finales de Frank Rijkaard en el banquillo, especialmente tras la 2007/08, se abrió un gran debate en el barcelonismo acerca de la idoneidad de que Xavi e Iniesta jugaran juntos. Para muchos, carecían del liderazgo necesario para ser el centro gravitacional del fútbol culé. Para bastantes, incluso Xavi era un perdedor y en el caso de Andrés la principal fuente de crítica era que era un jugador con liderago nulo, casi insípido. Yo decía, y creo tener razón, que Andrés era un líder en potencia y que acabaría siendo básico en el equipo, además de tener un gran ascendente sobre los jóvenes jugadores.

Hoy Iniesta es uno de los capitanes del Barça y ha demostrado sobradamente que es capaz de jugar junto a Xavi sin restar 'agresividad' al centro del campo. Roban balones más por saber estar que por físico y son auténtco magos a la hora de esconder la pelota, lo que pemrite 'matar' partidos sin tener que recurrir a entradas a destiempo.

Pero como decía, merece la pena profundizar un poco más en Iniesta. Tras su aspecto paliducho y su rostro inexpresivo, tras esa persona incapaz de caer mal a nadie y que no levanta la voz, en apariencia, hay un líder. Un jugador de mente fría y corazón caliente, capaz de romper con el guión en las situaciones adversas. Hasta hace catorce meses lo había demostrado a través de su fútbol de fantasía, pero tras su actuaciones en Londres en mayo del 2009 y en Johannesburgo el domingo, también lo ha hecho a través de la heroica.

Andrés tiene un serio problema para ganar Balones de Oro, al igual que Xavi, y es que no es goleador. Si ambos marcaran los tantos de Gerrard o de Lampard, no habría discusión acerca de quienes son los mejores del mundo, pero les falta el punto que separa a los grandes de los legendarios, quizás por solidaridad y por compañerismo. Si Iniesta recoge un balón en el área rival, en vez de buscar el disparo como haría un delantero buscará un compañero, salvo en las situaciones extremas.

Lo demostró en Stamford Bridge y en el Soccer City. Iniesta es un ganador y cuando ve que las opciones se acaban, se transforma por completo y se convierte en el mejor de los arietes. Golpea al balón con toda el alma, se resiste a la derrota y busca el triunfo a cualquier precio. Se mete en la piel de un Villa o un Ronaldo (no Cristiano) y no perdona. Lo hace en esos momentos en los que es más importante tener el corazón caliente que la cabeza fría.

Definiendo a Zinedine Zidane, Santiago Segurola afirmaba que había sido un gran futbolista con la extraña capacidad de convertirse en goleador, pese a no serlo por naturaleza, en las grandes citas. En ese peculiar Olimpo se encuentra también Andrés Iniesta, pero con el añadido de ser un auténtico 'killer' en las grandes citas... que languidecen, convirtiendo la desesperación (en Londres) o el miedo a los penaltis (en Sudáfrica) en euforia incontrolable. Una euforia que hará que jamás podamos olvidar a ese pequeño jugador de Fuentealbilla que solo marcaba goles in extremis... pero qué goles.

Gamón1984-Barcelonismo en sangre

Foto: EFE/elpais.com