¡Que ruede el balón!

Personalmente, me resulta un poco cargante hablar de asambleas, juicios, divisiones, etc, etc, etc. Más que nada, porque lo del fin de semana era algo que ya se sabía. Se sabía que Rosell pretendía solicitar voto a los compromisarios acerca de la posibilidad de llevar ante la justicia a Laporta, se sabía que era una decisión que generaría división y se sabía que iba a haber interpretaciones de todo tipo. Para que quede claro, y aunque suponga contradecir al gran Santi Segurola, me parece que Sandro estuvo impecable: evitó que se tome como algo personal, como una obsesión, el asunto votando en blanco y dejando la decisión en manos de los compromisarios una vez expuestas razones convincentes tanto a favor como en contra; y se atrevió, al fin, a levantar las alfombras del anterior mandato: hasta ahora todo dirigente sabía que se pasaría de puntillas sobre ciertas irregularidades, desde el sábado, en favor del Barça, existe un precedente y el miedo a 'malversar' será mayor, también para el mismo Rosell.

Pero como digo, creo que ya se ha hablado demasiado de la asamblea y de la causa contra Laporta. El asunto de la 'Due Dilligence' ha hecho que pasemos de puntillas sobre la soberbia segunda parte jugada ante el Valencia y sobre el hecho de que, esta noche (20.45 horas) el Barça tiene que ganar al Copenhague para poner pie y medio en octavos de final de la Liga de Campeones.

Porque esta noche, no lo olvidemos, hay que ganar. La Champions es la competición 'cortoplacista' por excelencia, el margen de error es mínimo y, aunque en la fase de grupos existe, los errores se pagan muy caros. El Barça tiene que clasificarse, pero además lo debe hacer como primero de grupo para disponer de un cruce de octavos 'más asequible'. Hay que tratar de cerrar la clasificación cuanto antes para poder permitirse el lujo de dar descanso en el último partido, algo importante, de manera que no se carguen las piernas de los jugadores en exceso, algo que la temporada pasada acabó pasando factura tras la derrota ante el Rubin Kazan.

Perder o empatar esta noche sí que afectaría, y sobre todo a corto plazo, a la corta plantilla del Barça. Mucho más que las 'relaciones' entre Rosell y Laporta.

Gamón1984-Barcelonismo en sangre

Foto: abc.es